jueves, 25 de octubre de 2012

Do It Yourself

Yo he sido emprendedor (y sigo siéndolo. O se es o no se es) y, por tanto, he aprendido toda una serie de cosillas que pretendo compartir con quien quiera leerlas. Básicamente porque creo que el conocimiento no pertenece a nadie, es universal, y como nadie nace enseñado, procuraré ir compartiéndolas con todos vosotros.

No soy un gurú de los negocios, pero quizá mis consejillos puedan ser de utilidad a pequeñas y medianas empresas.

Hoy voy a hablaros del concepto DIY (Do It Yourself). En base a mi experiencia, es un concepto que conozco bien, pues en muchas ocasiones me he visto con ideas pero sin recursos. Al fin y al cabo, el mundo de los servicios parte de una premisa muy sencilla: o te lo haces tú, o pagas a alguien para que te lo haga. Y eso es válido tanto para pintar tu casa como para desarrollar tu web.

Evidentemente, el que tiene recursos puede utilizarlos. Se alcanzan los resultados más rápido si pagas a un profesional para que te realice el trabajo. Pero si estáis caninos (cosa que suele pasar en estos tiempos), no os va a quedar más remedio que dároslas de Juan Palomo.

Ser un Juan Palomo de la vida, como todo, tiene sus pros y sus contras. En definitiva, características:
- Vas a tener que aprender mucho para realizar una tarea como un profesional.
- Vas a tener que trabajar mucho para conseguir resultados aceptables.
- Eres un iluso si crees que a la primera te va a salir niquelado... O que te va a salir.
- Vas a progresar como profesional.

No debéis por tanto tener miedo a hacer vosotros las cosas. Implicará mucha investigación y trastear mucho, ensayar y errar, caerse y levantarse, pero cuando consigues tu objetivo, te sientes genial y resulta que has subido un escalón en tu progresión como profesional. Aun así, ser un Juan Palomo no debe confundirse con la cabezonería. Como todo en ésta vida, todo extremo es malo y en el equilibrio está la virtud.

POR TANTO, debes saber diferenciar lo que puedes llegar a conseguir por tu cuenta de lo que no. Explota tus talentos y habilidades y no te emperres en desarrollar aspectos técnicos que te queden demasiado grandes. En definitiva, a veces, sale más caro tratar de hacer algo por ti mismo, que pagar para que te lo hagan. Quizá no a nivel económico, pero sí en cuanto a inversión de tiempo. Mientras estés enfrascado en aspectos que te quedan grandes no podrás dedicarte a otras cosas, quizá más importantes o que, simplemente, se te den mejor.

No olvidemos jamás que el tiempo es oro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Con este post he intentado transmitir una o varias reflexiones. Pero creo que no estoy sólo en el mundo, así que si tú también tienes una al respecto, harías la mar de bien en hacerla pública.

Como todo en la vida, lo más importante siempre es participar :)