sábado, 10 de noviembre de 2012

Anécdota del técnico de IBM

Si sois autónomos o freelance, especialmente si os dedicáis a temas relacionados con las nuevas tecnologías, os habréis encontrado en muchas ocasiones con que la gente en general y vuestros clientes en particular, que desconocen los intríngulis de vuestro trabajo, tienden a menospreciarlo, pues "son cosas de frikis", "total, es darle a cuatro teclas", "eso no es trabajar. A pico y pala te ponía yo", "seguro que te pasas el día viendo porno y comiendo patatas fritas", "eso lo hace mi hijo, que entiende de ordenadores", "va, va, exagerado. Seguro que no hay para tanto", etc.

Pues bien, voy a dotaros de un recurso para contestarles dignamente. Se trata de la anécdota del técnico de IBM.


Hace muchos años, cuando los ordenadores ocupaban habitaciones enteras, IBM era el no va más en cuanto a hardware. El caso es que una empresa cliente de IBM tuvo problemas con su ordenador y llamó al servicio técnico.

El técnico se presentó en la empresa cliente y empezó a trastear y a mirar por aquí y por allá. Finalmente, tras el análisis, determinó cuál era el problema y dijo "Lo tengo. Ahora lo arreglo".

El técnico hizo a la gente a un lado, cogió carrerilla y le metió un patadón al ordenador. Le dio al encendido y, ¡oh!, el ordenador se puso en marcha.

"Listo", dijo, mientras el cliente se lo quedaba mirando, estupefacto. El técnico empezó a preparar la factura y se la entregó al dueño de la empresa:
Por desplazamiento, 20$
Por hardware, 0$
Por software, 0$
Por asistencia técnica, 900$

El dueño de la empresa cliente, al ver la factura puso el grito en el cielo, preguntándole al técnico cómo cojones podía tener la cara tan dura de cobrarle 900$ por darle una patada al ordenador.

El técnico contestó: "No, si la patada se la regalo. Los 900$ son por saber DÓNDE y CÓMO hay que darla".

Por eso, jamás dejéis que menosprecien vuestro trabajo, ¡pues vosotros sois los que sabéis de qué va! En muchas ocasiones lo meritorio no es la ejecución del trabajo en sí, si no el saber realizarlo. Al fin y al cabo, el cliente de IBM podría haber dado la patada al ordenador, ¿pero lo habría arreglado o estropeado más?

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